A menudo sentimos esa extraña sensación donde la casualidad, lo inesperado, va colocando marcas en nuestro camino, encauzándolo en una u otra dirección. Hay quien dice que lo que guía nuestras vidas es el destino, que nada ocurre por azar, y ello aunque seamos libres de establecer nuestras propias metas y conseguir nuestros propios logros.

A veces las casualidades son tan singulares que no podemos evitar dotarlas de ese halo de magia inexplicable.

Podríamos pensar que nuestra historia de amor es fruto de la casualidad, si bien en nuestro caso fue una serie de causalidades la que desencadenó que nos conociéramos a pesar de que tenemos la misma edad, crecimos en barrios muy próximos, estudiamos en el mismo instituto, veraneábamos en el mismo lugar, hemos frecuentado los mismos locales de ocio e incluso tenemos amigos y conocidos en común. Sin embargo, no fue eso lo que nos llevó a conocernos, sino el trabajo y una noche de verano del año 2015.

Desde entonces, nuestras vidas cambiaron y sin darnos cuenta se enlazaron hasta el día de hoy. Las circunstancias dieron lugar a que la relación fuera más rápido de lo que nosotros mismos esperábamos, pues una lesión inesperada me obligó a un reposo absoluto (Mamen) generando una conversación entre Jesús y mis padres para poder vernos, pues apenas nos estábamos conociendo. Tras varios meses, en plena convalecencia en enero del 2016, Jesús se atreve con el clásico  “¿quieres salir conmigo?”, ya conocéis la respuesta.

Durante años hemos compartido muchas cosas y hemos vivido momentos únicos que nos han hecho crecer juntos como personas, como pareja y como familia.

El Viernes Santo de 2020 di un paso más en la relación (Jesús), el escenario fue el muelle de Calabardina, un lugar muy especial para nosotros, fue un paseo muy tranquilo que terminó sentados juntos en el muelle y declarándome con anillo incluido, con el miedo de que el anillo pudiera caer al agua.  

Fue el 7 de abril de 2021, un miércoles de una semana cualquiera, cena en familia, Jesús, Paco, Mamen y Leko, tras una conversación con Paco me decido (Jesús) y ambos le decimos: tenemos que contarte una cosa. Ella imaginó un viaje de surf a El Palmar que teníamos pendiente de su visto bueno, pero de repente aparece una pequeña cajita sobre la mesa y propuesta de matrimonio. En ese momento comienza una nueva etapa en la relación y una gran aventura que no imaginamos.